A medida que se toma conciencia de la importancia del consumo energético (en términos económicos y medioambientales), los sistemas informáticos van incorporando mecanismos que permiten consumir la energía mínima sin perder funcionalidad en su uso.
El ahorro eficiente de energía ayuda a extender la vida útil de los equipos y a una disminución de las emisiones de CO2 necesarias para generar electricidad.
La idea básica del ahorro de energía es apagar cuando no se utilice. En los ordenadores podemos aplicar esta regla a dispositivos individuales (procesadores, discos, monitores, …) o a todo el equipo en su conjunto (con las opciones de suspensión e hibernación que comentaremos más adelante).
¿Cuándo se puede ‘apagar’ un dispositivo?
Cuando se detecta que, pasado un tiempo de inactividad, no se está usando. En el momento en que se necesite de nuevo, el sistema pondrá en marcha, automáticamente, el dispositivo.
Por ejemplo: si un disco duro no se ha utilizado durante un tiempo, el sistema puede ‘apagarlo’ (con lo que conseguiremos ahorrar energía y prolongar la vida útil del disco) y, cuando detecte que se va a utilizar de nuevo, ‘encenderlo’ automática e inmediatamente.
Generalmente podremos configurar el tiempo de inactividad que consideremos conveniente para proceder al apagado de cada uno de los dispositivos.
El apagado de dispositivos no afecta en lo más mínimo al uso habitual de un ordenador. Aunque puede haber un pequeño retardo en la reactivación de un dispositivo, suele pasar desapercibido.
¿Cuándo se puede apagar todo el sistema?
Si vamos a dejar de trabajar y podemos cerrar la sesión (es decir, podemos cerrar todos los programas con los que estamos trabajando), lo ideal es apagar completamente el equipo. Así conseguimos el mayor ahorro de energía posible.
En algunas ocasiones querremos dejar de utilizar el equipo temporalmente, pero nos interesaría reanudar el trabajo tal cual lo dejamos. En estos casos, podremos pasar a cualquiera de estos 3 estados de ahorro energético:
- suspensión: todos los documentos abiertos y programas se guardan en memoria y el equipo puede reanudar rápidamente el funcionamiento a pleno rendimiento cuando desee seguir trabajando. Poner el equipo en estado de suspensión es como poner en pausa un reproductor de DVD.
Un equipo en estado de suspensión sigue consumiendo una pequeña cantidad de energía. - hibernación: la hibernación guarda los documentos y programas abiertos en el disco duro y después apaga el equipo. Es la opción que ahorra más energía ya que equivale a un apagado del equipo, pero ‘memorizando’ lo que se estaba haciendo.
- suspensión híbrida: es una combinación del modo de suspensión e hibernación que guarda todos los documentos y programas abiertos en la memoria y en el disco duro. Si se produce un error de alimentación, el trabajo se restaura desde el disco duro.
La mayoría de equipos permiten configurar tiempos de inactividad para pasar a estos modos automáticamente.
No obstante, no todos los equipos soportan estos 3 estados de ahorro energético. En algunos sólo se dispone de la opción de suspender, en otros no hay suspensión híbrida, …
¿Cómo se reactiva un sistema suspendido/hibernado?
Normalmente basta con mover el ratón o pulsar una tecla. Aunque puede ser necesario pulsar el botón de encendido para ‘resucitar’ al equipo.
Si queremos trabajar en remoto, no podremos utilizar ninguna de las opciones anteriores. Pero esto no ha de ser un impedimento para el ahorro energético. El ASIC ha preparado una aplicación que permite ‘despertar’ a los equipos desde la Intranet (es decir, desde cualquier lugar con conexión a Internet). De esta forma, podemos dejar que nuestros equipos pasen a un estado de ahorro energético sin preocuparnos de cómo podremos volver al estado en el que los dejamos.
Toda la información sobre este tema la encontrarás en el apartado dedicado al ahorro de energía en la web del ASIC.
¿Es complicado configurar el ahorro de energía?
Los sistemas modernos incorporan configuraciones predeterminadas para situaciones típicas (equipo portátil, equipo de sobremesa, servidor, …). De esta forma, es sencillo aplicar una configuración estándar sin tener que revisar cada uno de los parámetros.
Puedes consultar las guías de configuración para los distintos sistemas operativos que hemos elaborado en el ASIC.
Buen artículo, hay mucha gente que no apaga el ordenador nunca porque tiene entendido que apagarlo es perjudicial para el mismo (leyendas urbanas absurdas), por sentido común, cuanto menos tiempo permanezca encendido un ordenador más tiempo duran sus circuitos….ya sólo falta que la gente asuma que debe hacerlo.